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Terroristas de temporada

Tenemos una relación extraña con el terrorismo, como concepto y como vocablo.

Es cierto que el terrorismo es la guerrilla sangrienta de ciudad, la solución armada y por el atajo de quien no acepta el orden establecido (con o sin razón) y utiliza el chantaje emocional de la muerte para alcanzar sus fines. En la selección de las víctimas hay una gradación que va de lo más concreto a lo más indiscriminado, y cuando la acción se transforma en un recurso de venganza, el nivel de crueldad puede llegar muy lejos. El terrorista también puede adoptar diferentes formas, la de lobo solitario o la de grupo organizado, y por todo ello el concepto sufre una apropiación cultural y espaciotemporal, en ocasiones muy arbitraria, llegando a ser utilizado para definir una estrategia personal, un modus operandi, no necesariamente armado ni explícitamente amenazante.

El vocablo se convierte entonces en un arma arrojadiza y oportunista con el fin de desprestigiar a un rival, o en una disculpa para desencadenar la ira de Yahvé o de Allah. Al final, algunos ven terroristas por todas partes en algunos sitios y ninguno en otros lugares.

Estoy hablando de la actualidad, no importa cuando leas esto.

Sin salir de España, nunca se ha hablado tanto de terrorismo y de golpismo como en los últimos años, sobre todo en las filas del PP, a pesar de que ETA abandonó las armas hace 12 años, y el útimo intento -fallido- de levantamiento armado sucedió en aquel 23F de 1981, que últimamente, y gracias a una democracia tolerante con los militares de gatillo nervioso ha vuelto recientemente a los periódicos con las declaraciones del golpista Tejero, arrastrando en su halo pistolero al mismo rey emérito, siempre de actualidad por su ejemplaridad en temas de balística y corrupción.

Esta democracia, vista desde la derecha, es fantástica hasta que se demuestre lo contrario, como la Constitución es un ladrillo arrojadizo salvo si esta obliga a renovar el poder judicial, o el Rey es mi pastor y mi guía salvo si le pide a Pedro Sánchez -como segunda opción- que forme gobierno. Ultimamente todo este berrinche, de « eres un etarra », y « yo gané las elecciones » se ha quedado un poco ridículo al lado de lo que está sucediendo en la franja de Gaza.

Ahí sí que hay muertos, y conflicto armado. Hay un grupo terrorista real llamado Hamás capaz de cualquier cosa, y, en frente, Netanyahu, un corrupto extremista capaz de lo peor a la cabeza del estado de Israel. Nadie puede negar que Hamás es un grupo terrorista, todos hemos visto los brutales ataques llevados a cabo el 7 de octubre, lo que cuesta reconocer son los miles de muertos y las ofensivas repetidas e incesantes durante días y días por parte del estado de Israel. No sé lo que hace de Hamás un grupo terrorista y de Netanyahu un presidente que tiene derecho a defenderse bombardeando inocentes, tan inocentes como los que Hamas se llevó por delante, pero en el caso de Israel mucho más numerosos. Seguro que la respuesta la tiene Estados Unidos.

Ayer mismo, el presidente francés, Emmanuel Macron, respondía en directo a los periodistas al pie de su avión en Egipto, encantado de participar a la protección de civiles palestinos enviando ayuda humanitaria, y con la voluntad de encontrar una solución política al conflicto. Yo no sé, a lo mejor no se ha dado cuenta de que su amigo declarado, Netanyahu, ya ha arrasado miles de vidas, que ya no hay agua ni electricidad, ni hospitales, porque su amigo ha decidido defenderse del terrorismo aniquilando civiles y destrozando toda posibilidad de supervivencia, y que cuando llegue la ayuda humanitaria deberán entrar palas y camiones vacíos para llevarse los cadáveres.

Lo que sí sabe Emmanuel Macron, y así lo ha dicho ante los micrófonos, son tres cosas : primero, que Hamás no representa al pueblo palestino -¿se lo habrá comentado a Netanyahu?-, segundo, que Israel tiene derecho a defenderse dentro del respeto a la población palestina. -matarlos no debe de contar como falta de respeto-, y tercero, que una invasión terrestre sería un error -claramente bombardear desde el cielo es mucho más guay-. Enfrente, no ha habido ninguna pregunta incómoda que le pusiese frente a las contradicciones insultantes de su discurso.

La actitud del presidente francés es la misma que la de cualquier otro líder europeo, verbalizando magníficos propósitos como si lo que está pasando no estuviera pasando, voluntariamente alejados de la realidad, a través de una máscara de muda complicidad e inmovilismo frente a la carnicería, la barbarie y la crueldad asistida por un líder que tampoco es un icono en Israel.

El gran timo de esta Europa que un día nació como respuesta al mal absoluto, se revela hoy en ese ejercicio de frialdad negacionista, necesario para asumir su sometimiento al bloque de poder.

Dentro de esa ecuación el terrorismo es más conceptual que real en la boca de los poderosos. Y los terroristas, se han convertido en responsables aleatorios en el flujo del tiempo.

Covadonga Suárez

El gran timo de esta Europa que un día nació como respuesta al mal absoluto, se revela hoy en ese ejercicio de frialdad negacionista, necesario para asumir su sometimiento al bloque de poder. Clic para tuitear

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